25 febrero, 2022

💰 Billetes de hiperinflación en el mundo

Este artículo fue escrito con la amable colaboración del Dr. Johann Sánchez Téllez.

De acuerdo con el sitio Economipedia, la hiperinflación es “una subida descontrolada de los precios de una economía. Generalmente, se suele considerar hiperinflación cuando la inflación aumenta en cuatro dígitos anuales, es decir, más de 1000%”. Este fenómeno es el resultado de malos (pésimos) manejos económicos, como cuando se imprime dinero sin respaldo, o producto de una situación económica de la posguerra; tal es el caso de Venezuela, que tuvo 3 reformas monetarias (bolívar, bolívar soberano, bolívar fuerte y ahora el bolívar digital) y recientemente le quitó 6 ceros a su moneda. Esto resulta en la pérdida del poder adquisitivo, tiendas vacías, y vemos billetes cada vez con mayores denominaciones, como en estos ejemplos:

Grecia (1944): Billete de 5 millones de dracmas, que muestra la cabeza de Aretusa, que era una ninfa de la mitología griega. El saqueo producido por la invasión de los países del eje y la situación del final de la guerra derivaron en una economía quebrada, que en 1944 vio incrementarse los precios en 18% diario, es decir, se duplicaban aproximadamente cada 4 días y 3 horas. A este periodo se le conoció como "la gran hambruna". Los billetes emitidos en ese periodo llegaron a valores de 100 billones de dracmas.


Nicaragua (1990): 10 millones de córdobas: En el periodo de 1986 a 1991, el gobierno de Nicaragua tuvo erráticas decisiones económicas, una guerra civil (la revolución sandinista) y un bloqueo económico por parte de USA (limitando importaciones y exportaciones), originaron el quebrantamiento de su mercado interno. En 1988, la inflación alcanzó más de 14,000%.


Yugoslavia (1993): 50 mil millones de dinares: La situación política de Yugoslavia hizo que el país se dividiera en la década de los 80s en las provincias originarias (Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia), lo que ocasionó la pérdida de mercado interno, y aunado a corrupción, gasto estatal ineficiente y a las sanciones de la ONU, derivó en una situación económica insostenible: en 1993, los precios se duplicaban aproximadamente cada 34 horas, es decir, una inflación diaria cercana al 70%


Zimbabwe (2008): 10 trillones de dólares [agradezco a Omar Díaz y Cristina Vázquez, el regalo traído desde África]: De acuerdo con la nota periodística, la inflación llegó a su máximo nivel en ese 2008: los precios se duplicaban cada 25 horas, es decir, un equivalente a 96% diario. Esto ocurrió por malas decisiones del gobierno local (expropiaciones de tierras que mermaron la producción agrícola, la intervención en una guerra extranjera) y las sanciones de USA y la ONU. En la imagen aparece el parque nacional de Matobo, donde se encuentran las rocas equlibradas. Estos billetes aparecen también en la colección de billetes con imágenes de sitios patrimonio de la humanidad (https://alainsanchez-coleccionistabilletes.blogspot.com/2023/01/monumentos-patrimonio-de-la-humanidad.html).


Alemania (1923): 50 millones de marcos. Después de la primera guerra mundial, las condiciones económicas de los vencidos fueron muy duras, la escasez de los recursos y la deuda bélica tuvieron un fuerte impacto, en lo que se conoció como la República de Weimar, donde se requerían millones de marcos para comprar una pieza de pan. Según el autor Subirá (2005), en Alemania los precios se habían incrementado 1 billón de veces entre 1922 y 1923. Un documental muy interesante sobre este caso es el siguiente: https://youtu.be/YAZtYdGRVzk


Hungría (1945): Un millón de pengos. Poco después de la segunda guerra mundial, tras haber sido ocupado el territorio por los nazis y luego por el ejército soviético, la economía de este país estaba destruida, con escasez de recursos, lo que motivó alzas en precios, pues la oferta estaba muy limitada. De acuerdo con Subirá (2005), "En los años 20 los precios se habían incrementado respecto a los precios de preguerra... 23.000 veces en Hungría". De aquí este billete de muestra:


Venezuela: Este billete es del año 2020 y tiene un valor facial de 1 millón de bolívares. En las últimas dos décadas, los gobiernos de corte dictatorial de Chávez y Maduro han generado problemas económicos con altos costes inflacionarios, que no se reflejan totalmente en sus monedas, debido a cuando menos dos splits, es decir, le han quitado ceros a la moneda; si no, ya hubieran estado cerca de los billones de Zimbabwe.


Georgia: Billete de un millón de laris, data del año 1994, de dos series anteriores a los billetes que están circulando actualmente. Debido a la situación política económica por la que atravesó ese país (en 1991, se separó de la Unión Soviética), se pasó por una etapa de hiperinflación que llevó al banco central de ese país a emitir billetes desde 1 hasta 1 millón de laris, por lo que este es un ejemplar de los más altos de esa época.



Si bien son piezas valoradas entre los coleccionistas, es claro que conllevan un sufrimiento social y económico, pues de un día para otro, los precios cambiaron y muchas cosas resultaron inalcanzables. En general, los casos de hiperinflación se originaron durante o poco después de conflictos bélicos o revueltas sociales.

La hiperinflación genera múltiples distorsiones: migración, delincuencia, contrabando, desaparición del ahorro, uso de medios alternativos para mantener el comercio (trueque, dolarización o uso de otras monedas de países vecinos); los billetes se vuelven simples papeles sin valor fedatario que se convierten en souvenirs con mayor valor fuera del país de uso. 

En México, con fortuna, no hemos llegado a ver billetes con denominaciones millonarias. El ejemplar de mayor valor fue el famoso billete de Plutarco Elías Calles de cien mil pesos, que circuló en la década de los 80s, debido a los procesos inflacionarios. En 1992, el Banco de México estableció la nueva unidad monetaria, retirando tres ceros de los billetes y denominándolos Nuevos pesos, en un periodo de transición que duró al menos un par de años.

Ojalá que nunca veamos un billete de estas denominaciones en nuestros países ni pasemos por las situaciones que los llevaron a esta grave condición económica.Si le gustó este texto, le fue de utilidad o cree que lo será para alguien más, mucho le agradeceré recomendarlo y/o compartirlo. 

 

Fuentes

https://economipedia.com/definiciones/hiperinflacion.html 

https://www.eluniversal.com.mx/mundo/cuales-fueron-las-5-mayores-hiperinflaciones-de-la-historia-y-como-se-resolvieron

Banco de México. 2021. Historia de la moneda y del billete en México. Recuperada de https://www.banxico.org.mx/billetes-y-monedas/d/%7B1EEDFA6C-8EDB-B7AD-11B2-528C7B69CC76%7D.pdf

Subirá, G. (2005). Bonos e hiperinflaciones en Europa entre 1914-1950. Invenio, 8(15),71-82.[fecha de Consulta 15 de Abril de 2022]. ISSN: 0329-3475. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87781507

Billetes griegos: http://www.greekbanknotes.com/greek-banknotes/a1941_1944/


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 Actualización: 19 de febrero de 2024 

23 febrero, 2022

Por qué colecciono billetes y monedas

Normalmente no escribo sobre mí, pero en esta ocasión sí que lo haré.

Se dice que la numismática y la notafilia son herramientas de la antropología y de la historia. Pero dicho de esa manera, es muy seco, le quita la emoción de ver todas las figuras, colores, sentimientos e intenciones de quienes emiten estos instrumentos económicos que, pronto, serán testigos de la historia.
Todo empezó como una casualidad, por unos billetes que no puede cambiar cuando venía de regreso de un viaje internacional (no recuerdo a dónde, pero eso no tiene relevancia). Los saqué de la cartera y los dejé en una cajita a dormir el sueño de los justos, para cuando regresara a ese país. Con fortuna, nunca regresé por lo que esas piezas se quedaron guardadas, esperando su momento mágico. Y para el segundo viaje, a otro país, volví a quedarme con moneda local y repetí la historia: poner los ejemplares en esa cajita, pero la inspiración me dijo dulcemente al oído: “abre tu colección, ya tienes la semilla”. Y como dicen en mi pueblo, “de ahí, para el real”. En todo viaje, procuraba guardar las monedas y billetes más bonitos, y cada vez empecé a tener más y más.
Un día, sin embargo, dejé de viajar al extranjero, pero abrí una nueva perspectiva: las casas de cambio, en donde obtenía dos o tres divisas nuevas en cada viaje. Y luego, a organizar y buscar en casas especializadas, en ferias, y tiendas de antigüedades, para completar la meta: tener billetes y monedas de cada uno de los países de la tierra.
En esta pequeña aventura personal, he aprendido a ver las monedas y los billetes con una perspectiva diferente. No sólo es el medio económico de intercambio de bienes y servicios, sino una manera de comunicarse de los diferentes países, de mostrar al mundo sus orgullos y creencias, e incluso sus defectos (como las imágenes de opresión y de dictadores).
Por los billetes y monedas, he visto especies animales y vegetales que probablemente nunca me toque conocerlas en persona, por su extinción.



He visto más obras de arte e ingeniería que un largo viaje, he conocido idiomas que jamás me hubiera imaginado. Hay más presidentes, dictadores, científicos, artistas y demás notables que las fotos de un anuario.
También he conocido aplicaciones tecnológicas maravillosas, que hace algunos años sólo serían producto de la imaginación: coinoscope, y el traductor de Google son los ejemplos más visibles.
En poco más de un año, he aprendido más historia que en mis años de primaria y secundaria; cada personaje, escultura, construcción, animales y plantas que aparecen en los billetes y monedas me invitan a conocer su medio, su historia, contexto y circunstancia.
También cuando tengo en las manos, un billete o una moneda usada, me gusta pensar qué se habrá podido comprar con él o ella: medicinas, ropa, un viaje, un libro, comida, o hasta un arma. ¿A qué fines, luminosos u oscuros, habrá podido servir la pieza que llega después de años de uso, hasta mis manos, procedente de otros continentes? ¿Qué historias habrá escuchado, en qué humilde rincón de una casa habrá estado, o en qué bóveda impenetrable de un banco habrá dormido?
Coleccionar billetes y monedas más que un hobbie, es tratar de leer, por encimita, el gran libro de la historia de la humanidad. Muchas gracias a quienes me obsequiaron algún ejemplar (llegaron a buenas manos, se los aseguro), también muchas gracias a quienes dedicaron algunos minutos a leer los breves párrafos que le brindo a cada billete o moneda.
Que el 2022 nos encuentre con muchas ganas de incrementar el número de piezas y la pasión de esta singular aventura escrita en metal, papel y polímero.



Propuesta de monedas mexicanas con especies animales y vegetales

En la historia reciente, en muy pocas ocasiones hemos tenido monedas de curso legal con imágenes diferentes de la propia denominación (apart...